miércoles, 10 de septiembre de 2014

PONTEVEDRA

RUTA DEL RIO ELFONSO

Este sendero discurre siguiendo el río Eifonso desde Mourelle hasta el poblado primitivo de la Fraga (Bene Vivere).
Durante el recorrido podremos observar varios molinos y una cascada, la cascada de la Bouza Fría. También pasaremos cerca de la Ermita de San Cibrán.
El recorrido termina en el parque forestal de Beade, donde podemos disfrutar de zonas de recreo muy bien equipadas, y un mirador con excelentes vistas a la ría de Vigo.



RUTA

En la parroquia de Bembrive tenemos el inicio de un sendero perfectamente acondicionado y de una belleza y tranquilidad que impresiona, recorriendo el cauce del rio Eifonso.
El acceso inicial se encuentra en una pequeña rampa sujeta por un muro de piedra justo al borde de la carretera.
Los primeros 700 metros son prácticamente planos, y en ellos encontraremos los dos primeros molinos, perfectamente restaurados, cuidados y señalizados: “Muiño do Sorrego” y “Muiño da Pedrosa”



Justo al sobrepasar este segundo molino nos encontraremos con un repecho considerable, de apenas unos 80 metros, y que en la parte superior dispone de una escalera de madera. Como premio a la ascensión, en lo alto tendremos un manantial de agua potable.



A partir de aqui el sendero continúa en plano e incluso en una pequeña bajadita y nos conduce hasta otro molino (“Muiño de Buraco”) y a su lado la cascada conocida como “Bouzafría”, de algo más de dos metros y medio de altura, aunque el mini cañón en el que se encuentran tiene bastante más desnivel. Dependiendo de la época del año y del caudal del rio, su espectacularidad varía.



El sendero continúa todavía unos 3 kilómetros más montaña arriba, con una considerable pendiente, pasando por la capilla de San Cibrán, por debajo de la autopista Vigo-Baiona (AG-57), más molinos, los restos de un poblado medieval abandonado y del que no se disponen datos… En lo alto, disfrutaremos de unas vistas maravillosas de Vigo y su costa.






LEYENDAS


El navío “Cessnock” de bandera portuguesa tiene la mala suerte de “ponerse a tiro” de “La burla negra”, y ya os imaginaréis lo que ocurrió, tripulación y barcos “borrados de la mar oceana“.

El siguiente barco en caer en “las garras” del gallego y cuya tripulación sufrío su crueldad fue el New Prospect, también inglés.

Habiendo enfadado a brasileños, ingleses, norteamericanos y portugueses decide que un puerto “casi” seguro sería el de La Coruña, llevaba las bodegas a “reventar“, ni siquiera una mosca podía entrar en ella, y como habían tres marineros que “le daban mala espina” y no se fiaba muchos de ellos, pues por el camino desaparecieron para siempre.

Cuando llega al puerto gallego, consigue engañar a las autoridades, haciendo que un miembro de la tripulación se hiciera pasar por el autentico capitán de “El defensor de Pedro”, tened en cuenta que él era muy joven.

Benito era gallego, más concretamente de Pontevedra, y ya que estaba por esas tierras fue a ver a sus familiares, y según cuentan algunos, escondió una cuantiosa cantidad de dinero en esa localidad, para cuando volviera.

Con un suculento y cuantioso capital a cuenta de toda la mercancía robada de otros barcos, “pone las anclas a secar” y “embiste ebrio de alegría” hacia el sur, en donde piensa “jubilarse“, exactamente en Cadiz.

Cercano a su punto de destino, el vigía, que sería novato o el torpe de la tripulación, confunde el faro de La Isla de León con el de Tarifa, por lo que “La burla negra” se mete de lleno contra la costa, y aquí es donde se arma la “de Dios es Cristo“.

Al parecer, según cuentan, el inglés que se libró de la “escabechina” del “Morning Star” andaba por aquellos “andurriales“, ¡también es mala suerte para el Benito y su tripulación! y los delata, como resultado 10 de sus hombres son ahorcados allí mismo, y el Benito “saliendo por patas” no se le ocurre otra cosa al “alma de cántaro” que dirigirse hacia Gibraltar.


En Gibraltar por aquel entonces no estaba el “soplagaitas” del Picardo, pero habría otro de su misma “calaña“, ordena detenerlo, lo acusa de 75 asesinatos y lo manda a la horca, acabando aquí las fechoría de Benito de Soto Alboal, el pirata gallego

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